Una nueva revolución

Cuando pensamos en una revolución, probablemente nos viene a la mente una gran lista de guerras sangrientas, decapitaciones y turbas enardecidas. También pueden venir a la mente otro tipo de revoluciones más accidentales, gestadas en la transformación tecnológica. Todas estas revoluciones nos definen. ¿Qué implicaciones sociales y culturales tiene la revolución industrial? ¿o la revolución latinoamericana? ¿o la revolución agrícola?

Sin embargo, hoy nacen otro tipo de revoluciones que no tienen este carácter tecnológico o político. Este nuevo tipo de revolución se gesta en el concepto de consciencia; consciencia del ser, del entorno y de lo que conecta a ambos.

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Les presento las que considero tienen mayor impacto en nuestra cultura hoy:

  • Revolución Consciente: Yoga, meditación, búsqueda espiritual… nada de esto es nuevo, pero los últimos años han traído una transformación colectiva en la búsqueda de un nivel de consciencia más alto.
  • Revolución Alimenticia: Alimentos orgánicos, frescos, locales y sin adulteraciones. El consumidor es más consciente de lo que pone en su boca y lo está respaldando con su billetera. 
  • Revolución de la Moda: Con terribles historias de trabajo infantil, injustas condiciones de trabajo, salarios que promedian los $3 diarios y terribles calamidades a la salud, la industria de la moda tiene un impacto social gigantesco. ¿De dónde viene la ropa que usamos? y ¿cuantas vidas toca?
  • Capitalismo Consciente: Popularizado en EEUU y Europa por John Mackey (fundador de WholeFoods) en su libro “Conscious Capitalism”, esta revolución reta la razón de ser de los negocios e invita a las empresas a considerar una relación de ganar-ganar con todos sus stakeholders.

¿y latinoamerica?

Claramente, este nuevo tipo de revolución presenta una ruptura de antiguos paradigmas que hasta hace muy poco parecían obvios. En los negocios, muy recientemente Milton Friedman (1912 - 2006), un premio Nobel de economía (1976), dijo que la única responsabilidad de una empresa era generar utilidades y cualquier otra cosa iba en contra de su razón de ser.

Esta nueva consciencia colectiva parece retar a Friedman de forma directa. El consumidor es más y más consciente del papel de las empresas en la sociedad. La amplificación social de la era de “las redes” genera además una dinámica económica diferente. Hoy las utilidades son una consecuencia de hacer bien las cosas y no el objetivo principal.

En Latinoamérica le llamamos ¡la Revolución del Propósito!

SFS

ArchivoSebastian Falla