Inversión de impacto; un modelo para el 2016

En las últimas tres décadas hemos presenciado un progresivo cambio en la consciencia corporativa. Partiendo de una gran gama de escándalos en el mundo de los negocios, que van desde corrupción hasta grandes catástrofes ambientales y sociales, la imagen de la empresa privada ha sufrido enormemente. A partir de esta gran desconfianza, algunos inversionistas de los años 90 iniciaron un camino diferente, lleno de difíciles decisiones, que dio lugar a la “inversión responsable”; referente a las inversiones sobre empresas, fundaciones o proyectos que no representen un impacto negativo sobre el ambiente o la sociedad y que trabajan activamente para medir dichos impactos y neutralizarlos.

De forma paralela, el concepto de Sostenibilidad y Responsabilidad Social comenzó a abrir paso entre las mesas directivas del sector privado, posicionándose como una estrategia que busca medir los efectos no financieros sobre el entorno de un negocio, asumiendo que cualquier repercusión negativa se pueda neutralizar de forma responsable.

Con la reciente crisis económica mundial, la democratización de la información en redes sociales, la evolución de la consciencia colectiva sobre problemáticas globales y el surgimiento de la Generación Y ("millennials") dentro de la dinámica económica mundial, el mundo corporativo ha tenido que responder preguntas cada vez más difíciles.

De esta forma, ha nacido en la última década - con más relevancia en los últimos 5 años - el movimiento de la “Inversión de Impacto”; un modelo de inversión que favorece a las organizaciones, fundaciones y proyectos que activamente y de forma deliberada generen un impacto positivo en la sociedad o el ambiente, en paralelo a sus retornos financieros.

Así como una empresa responsable (con buenos programas de RSE) es diferente a un negocio consciente, en cuanto a que el último busca activamente un impacto y legado positivo en su entorno mientras que el primero solo busca neutralizar aquel impacto negativo que generen sus operaciones, la Inversión de Impacto mide y evalúa el impacto positivo de una empresa con el mismo interés que sus retornos financieros.

Originalmente fomentado como una forma en la que el modelo capitalista puede recuperar su esencia de desarrollo positivo para la sociedad, se ha hecho cada vez más evidente que los modelos de negocio con un enfoque de impacto positivo en su entorno resultan paralelamente más rentables. De hecho, el Grupo Havas desarrolló este 2015 un estudio comparativo sobre las marcas que se enfocan en generar un impacto positivo en la vida de sus consumidores (meaningful brands), concluyendo que estas marcas tienen un 133% mejores rendimientos en bolsa que sus contrapartes tradicionales. Adicionalmente, Raj Sisodia, en su libro Firms of Endearment, propone que los negocios conscientes son 10.5 veces más rentables que sus contrapartes.

Así que no sólo se está hablando de generar un legado positivo al mundo por razones altruistas, ya que en las realidades de mercado actuales estas empresas generan mayores retornos, más estabilidad, menores tasas de rotación en sus empleados, menores barreras comerciales y una mayor capacidad para enfrentar dificultades económicas.

Siguiendo esa misma tendencia, que ya proyecta un crecimiento de las inversiones de impacto a unos $500,000 millones para la próxima década, se han creado fondos de inversión especializados de forma exclusiva a realizar inversiones de impacto. Tal es el caso de Howard Warren Buffett, el nieto del oráculo de las inversiones y tercer hombre más rico del mundo, Warren Buffett. Howard pretende seguir los pasos de su abuelo, quien estableció a Berkshire Hathaway como el pináculo del mundo de las inversiones, pero esta vez con un ingrediente adicional que garantiza que sus recursos generarán un beneficio social y ambiental al mundo.

Así como Howard W. Buffett inicia i(x) investments, para realizar inversiones de impacto, otros fondos de inversión han adoptado este enfoque en los últimos años, partiendo con el Rockefeller Foundation, quien acuñó el término “inversión de impacto” (impact investing) en el 2007. Está también LeapFrog Investments de George Soros, Calvert Investments, Blue Orchard Impact Investment Managers, The Reinvestment Fund (TRF), Triodos Bank y Vital Capital Fund, entre muchos otros.

En total, la inversión de impacto a nivel internacional suma $60,000 Millones a la fecha, según un estudio de J.P.Morgan para el Global Impact Investing Network (GIIN). Esta suma incluye inversiones derivadas de diferentes mecanismos directos e indirectos, siendo el 35% capital propio y 65% recursos administrados por terceros. Según el año anterior, la inversión de impacto ha crecido un 7% en capital total y un 13% en la cantidad de inversiones realizadas. Sin embargo, es difícil cuantificar el total real del movimiento de inversión de impacto, ya que las formas en las que se realizan las inversiones varían:

FONDOS DE INVERSIÓN DE IMPACTO

Como algunos de los mencionados anteriormente, estos fondos de inversión buscan colocar recursos en empresas que han enfocado sus actividades en la generación de un impacto positivo en su entorno. La intención de estos fondos va en dos categorías; aquellos que buscan un retorno con estrategias de salida claras (venta o puesta en bolsa) y aquellos que buscan capitalización permanente, como es el caso de i(x) investments, que siguiendo el legado Buffett, tendrá la intención de mantener una influencia sobre las empresas en las que invierte hacia el largo plazo.

ÍNDICES DE IMPACTO

Siguiendo la tradición de los Fondos Mutuos en la economía estadounidense, los Fondos Índice fueron creados para diversificar el riesgo de las inversiones al seguir el movimiento de un segmento general del mercado de forma pasiva (inversión pasiva es aquella que no implica una administración directa, ya que sigue los movimientos de un grupo de activos pre-seleccionados). Por ejemplo, la inversión en un Fondo Índice del S&P 500 busca distribuir la inversión de cada dólar de la misma manera como se comporta el mercado dentro de este estándar. Los fondos de inversión de impacto están actualmente creando índices que segmentan las empresas que cotizan en bolsa y son consideradas empresas conscientes, para que sea posible “indexar” las inversiones y diluir el riesgo. Un ejemplo de esto es el que presenta Calvert Investments, con sus índices para diferentes tipos de empresa dentro del mercado en Estados Unidos, varios de los cuales han sobrepasado el rendimiento de la bolsa en los últimos 10 años.

EMPRENDIMIENTOS SOCIALES

La Generación Y ha marcado la pauta en los emprendimientos sociales de los últimos años y lo seguirán haciendo por varios años más. Estos emprendimientos pretenden crear modelos de negocio que crezcan de forma paralela a su impacto social. Participando en la era del startup, estos emprendimientos acceden a recursos provenientes de inversionistas ángel, con capital temprano, o con incubadoras o venture capital especializado en inversión de impacto, como es el caso de Good Capital, Acumen, Big Issue, CDVCA, Gray Ghost Ventures, Investors’ Circle y Underdog Ventures, entre otros.

CROWDFUNDING CON IMPACTO

Plataformas como Kickstarter han cambiado el panorama para muchos emprendimientos, que reciben recursos de cientos o miles de personas que aportan pequeñas cantidades a cambio de un “premio”. Aunque Indiegogo ha tenido un buen enfoque para algunas empresas sociales, la inversión de impacto a través de estas plataformas se ha desarrollado más en toniic, CrowdFunder, Funding Circle, Buzzbnk o La Bolsa Social.

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MICRO CRÉDITOS

Popularizado en la Bangladesh por Muhammad Yunus, este modelo de pequeños créditos tiene un fondo social en sí mismo, pero ya existen plataformas de participación abierta en la que inversionistas de diferentes partes del mundo pueden disponer algunos recursos para pequeños proyectos de negocio o ayuda social. Este es el caso de Trickle Up, Vision Fund International, Vittana y el más famoso Kiva.

La forma como la Inversión de Impacto está moldeando la dinámica económica global es interesante y emocionante al mismo tiempo. Estamos en este momento en el renacer de la consciencia colectiva y las empresas están empezando a reaccionar. Sencillamente, es imposible sobrevivir con viejas estrategias de negocio frente a un mundo que exige unidad y bienestar. La Inversión de Impacto es una ramificación de esta gran revolución que vivimos en los negocios hoy. Como lo dice Howard W. Buffett;

 

las utilidades deben tener un propósito. No sólo basta con ser ‘menos malos’, es esencial ser ‘activamente buenos’

Sebastian Falla

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