Millennials piden una revolución de negocios

En el más reciente estudio de Deloitte sobre millennials en la fuerza laboral (The 2016 Deloitte Millennial Survey) se presentan algunos resultados interesantes que demuestran la gran revolución de negocios que el mundo enfrenta y seguirá enfrentando en los próximos años.

Siendo los millennials una generación que llevamos varios años tratando de entender, es válido afirmar que dejaron de ser el futuro de los negocios y son ahora nuestro presente. Los millennials siguen ganando trozos más grandes del pastel que compone la fuerza laboral del mundo y algunos están ya posicionados en cargos de liderazgo.

Esta acelerada “millennialización” en los negocios nos toma por sorpresa especialmente por la manera como se retan muchos de los supuestos con los que hemos operado por las últimas décadas. El primero de los cuales hace referencia a la motivación del trabajador y la proyección que cada individuo construye sobre su futuro.

En términos simples, el millennial no siente una versión de lealtad como aquellos de generaciones anteriores. Claramente, esta generación no se ve impresionada por las grandes marcas y todo el “ruido” que exista alrededor de la empresa en la que trabajan o para las que prospectan. Es más, el 66% de los millennials pretende cambiar de trabajo antes de que finalice esta década. Una cifra que se incrementa al 71% en Latinoamérica y nos hace cuestionar el desarrollo de nuestros negocios al corto plazo.

Pero, ¿de donde viene esta supuesta falta de lealtad de los millennials? A falta de entendimiento, muchos gerentes han dado una respuesta superficial al problema, tildando a la generación de fuerza laboral más grande del mundo como “inestables” o hasta “peresozos”. Sin embargo, esta generación de innovadores y emprendedores conscientes responde con otra realidad que nos ha costado admitir; los millennialsno son leales a las marcas o a las empresas, son leales a los valores que hay detrás de ellas.

Deloitte nos lo confirma, atribuyendo este fenómeno de lealtad a tres componentes básicos:

EL PROPÓSITO DE LOS NEGOCIOS

La gran mayoría de millennials, especialmente los súper-conectados (87%) tienen una visión optimista sobre el papel de las empresas en la sociedad. Este grupo tiene un nivel de actividad en redes sociales, voluntariado y actividades sociales más grande que el resto. Sin embargo hay un gran divorcio entre este potencial y el impacto real de las empresas. La mayoría de millennials considera poco atractivo al empleador que no tiene un propósito más allá de las utilidades.

EL VALOR DE LOS EMPLEADOS

Esta generación considera el beneficio económico de los negocios a la sociedad como una consecuencia natural pero no como motivante para la toma de decisiones. Al consultar cuales deberían ser entonces las áreas que moldean el éxito de los negocios al largo plazo, los resultados de Deloitte ponen el trato a los empleados como la más importante de todas. Los millennials explican este categoría en varias formas; el ambiente general de trabajo, el balance con la vida personal, la flexibilidad de aportar a la empresa bajo modelos de trabajo diferentes y la oportunidad de desarrollar su crecimiento profesional.

IMPACTO REAL DE LOS PRODUCTOS Y SERVICIOS

Adicionando a las áreas anteriores, que demuestran una brecha de propósito entre los negocios y lo que los millennials esperan de ellos, esta generación considera motivante saber que los productos o servicios que ofrece su empresa tienen un impacto real y positivo al consumidor. Para este tema en particular, esta generación exige modelos de innovación que no sólo busquen soluciones creativas, sino que se enfoquen en mejorar las vidas de sus consumidores.

Lo que trae esta generación a la mesa cambia los paradigmas de negocio con los que hemos funcionado tradicionalmente, iniciando una gran revolución que ya es evidente en todo Latinoamérica. La respuesta oportuna de las empresas debe enfocarse en descubrir el propósito más allá de las utilidades y crear oportunidades de desarrollo, enfocando esfuerzos de ambiente y cultura que ponen al empleado de primero en la lista de prioridades.

¡Bienvenidos a la Revolución del Propósito!

Sebastian Falla

Sebastian Falla